La transigrafía me llamaba y tuve que hacerle caso.

 


El viaje estaba empezando y yo no tenía un lugar donde quedarme, fui a rienda suelta esperando lo inesperable y sintiendo lo verdadero.





Día 1: subí al árbol de la felicidad esperando tu recuerdo y ahora debo visitarte.


Día 2: un tecito a regalar



Día 3: compañía reservada y colores llamativos



Día 4: necesito que pienses en algo gracioso


Día 5: haré de la misericordia mi pintura




Día 6: siento la amargura venir y el huracán de jacaranda es fuerte.









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